"Tiene un gato vivo en el motor"
Un hombre desmonta su coche para salvar a un felino
Un hombre desmonta su coche para salvar a un felino
Raúl Hernández Berenguer, vecino de Pinto, no salía de su asombro ayer por la mañana. Del motor de su coche aún salían maullidos lastimeros, casi 24 horas después de que la policía local le comunicara que un gato se había colado en el capó de su automóvil. "Salí de marcha el viernes y dejé el coche aparcado en la calle", explicaba ayer Raúl, de 29 años. El sábado volvió a quedar y acabó tomando copas en casa con sus amigos hasta las seis de la mañana. El domingo tocaba descansar, pero a las 12.30 la policía local sacó a Raúl de la cama. "Cuando llamaron al timbre y me dijeron que era la policía pensé que no podía ser nada bueno, pero no imaginaba lo que se me venía encima", explica. "Buenos días, ¿es usted el dueño del C4 aparcado abajo? Tiene un gato vivo alojado en el motor", dijeron los agentes. Castigado aún por las copas, Raúl convenció a los municipales de que arreglaría el problema. Desde la ventana vio un corrillo de vecinos en torno a su coche.
"Sobre las siete y media de la tarde bajé a la calle", relata. Se acercó al coche. Del motor salían maullidos. Decidido a dar tiempo al animal para librarse del enredo del motor, Raúl dio un paseo y luego se acostó. El lunes tocaba madrugar.
Pero a las 8.00 de ayer, el gato continuaba preso en el motor, maullando desesperado. "Se metió allí buscando calor y no pudo salir", explicaba Raúl, "y yo no quería arrancar el coche por si le pasaba algo". Con la duda de si su jefe creería el motivo de su retraso, llamó a la oficina y acercó su móvil al gato, que maulló corroborando los hechos. "Al final, arranqué el motor y llevé el coche a un garaje a 200 metros. Han tenido que desmontar el motor para sacar al bicho", contaba Raúl. No le cobraron por ello.
Ayer por la mañana, la novia del hombre intentaba convencerle de quedarse con el gato, una cría de unas semanas. "A mí no me gustan los animales", admite Raúl. A los empleados del taller, sí. Se han quedado con el felino, que previsiblemente seguirá rodeado de motores.
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